Tortosa, Diez razones para venir
1. La historia y el rico pasado de Tortosa
Hay pocas ciudades pequeñas que no sean capital de provincia con la transcendencia de Tortosa y con una historia de 2.000 años. En cada rincón de su rico casco histórico se respiran épocas pasadas. Los íberos escogieron lo que es hoy la capital de la comarca del Baix Ebre para establecerse. De hecho, los historiadores han llegado a plantearse si Tortosa pudo ser la enigmática e importante ciudad Híbera. Si fuese así, Tortosa habría dado nombre al río Ebro (Íber) y a toda la península. Como prueba de su esplendoroso pasado en el que la habitaron romanos, musulmanes, judíos y cristianos, Tortosa luce el impresionante castillo de la Zuda, la catedral de Santa María y elegantes edificios modernistas. No en vano se la conoce como la ciudad de las tres culturas: cristiana, judía y árabe. Tortosa vivió su momento de máximo esplendor durante el siglo XVI, la época del Renacimiento.
2. La capital del río Ebro
El río Ebro es uno de los grandes tesoros de Tortosa. El Ebro atraviesa por el medio de la ciudad, y se puede contemplar desde sus puentes y sus paseos de ribera, especialmente indicados para disfrutarlo y observarlo mejor. Sus ciudadanos sienten una profunda estima por este río, ya que tiene un protagonismo especial e ineludible en sus vidas. También podemos disfrutar del encanto especial del Ebro a bordo de Lo Sirgador, el laúd de Tortosa, y hacer un trayecto por toda su fachada fluvial y sus paisajes de ribera. Una puesta de sol a bordo del laúd o contemplar el río y el sol escondiéndose tras el macizo de Els Ports pueden ser unas experiencias irrepetibles.
3. Entre dos parques naturales
Tortosa se encuentra situada a caballo entre dos parques naturales, el Delta del Ebro y el Parque Natural de Els Ports, y en el corazón de las Tierras del Ebro, declaradas Reserva de la Biosfera por la UNESCO. La proximidad a la riqueza natural de estos entornos, tanto de playa como de montaña, hace de Tortosa un destino ideal para descubrir toda la zona. Tortosa se encuentra rodeada de naturaleza y ofrece una gran cantidad de posibilidades al aire libre, como hacer una ruta en bicicleta por la Vía Verde, hacer una excursión de montaña o disfrutar de un paseo a bordo de una embarcación por el río o por el Delta.
4. La ciudad de las tres culturas
Históricamente, Tortosa es única y diferente. Tortosa es uno de los pocos lugares donde en la Baja Edad Media convivieron y coexistieron las tres grandes culturas y religiones monoteístas: cristiana, musulmana (sarracena) y hebrea (judía). En 1148, una vez conquistada la ciudad por Ramón Berenguer IV a los musulmanes que la habían dominado desde el siglo VIII, se autorizó la permanencia de su comunidad sarracena, al igual que la comunidad judía, establecida en Tortosa desde el período romano. Las tres comunidades convivieron en Tortosa con relativo pacifismo durante siglos. Al pasear por la ciudad antigua te encontrarás con su memoria.
5. Las Fiestas
A finales de julio Tortosa celebra la Fiesta del Renacimiento. Con el subtitulo El esplendor de una ciudad en el siglo XVI, la fiesta rememora este período histórico, uno de los momentos más interesantes y ricos para la ciudad. La fiesta, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, cuenta con una amplísima oferta de actividades de carácter lúdico y cultural, con unos sesenta espectáculos diarios y miles de personas vestidas de época. Es uno de los grandes acontecimientos de la ciudad que, durante cuatro días, realiza un intensísimo viaje al pasado.
6. La gastronomía
Debido a su ubicación, Tortosa disfruta de una gran variedad de productos estrella del territorio: el pescado, los moluscos y el apreciado arroz del Delta del Ebro, su huerta, la verdura y la fruta de los cultivos de interior y los dulces típicos de la ciudad, como los pastissets. Todo esto se puede encontrar en el Mercado Municipal, edificio de estilo modernista ubicado en el mismo centro de la ciudad. En Tortosa hay una numerosa oferta de restaurantes y establecimientos donde disfrutar de los productos de kilómetro cero. Muy cerca de la ciudad también encontramos 3 restaurantes galardonados con estrella Michelin.
7. La calidad de vida
Apartada del bullicio de las grandes capitales, Tortosa se encuentra en medio de un privilegiado paraíso natural, pero también dispone de todos los servicios y las comodidades de una pequeña ciudad que se puede recorrer enteramente a pie. Resulta un destino ideal para pasear tranquilamente por las calles de su centro y casco viejo y disfrutar de una estancia relajada y familiar. Su gente, de carácter acogedor, te hará sentir como en casa.
8. La cultura
Música, arte, patrimonio, teatro, cine… Para los amantes de la cultura, el rico dinamismo artístico de Tortosa será motivo suficiente para visitarla. La ciudad cuenta, por su privilegiada historia, con el Museo de Tortosa Histórico y Arqueológico de las Tierras del Ebro, la destacadísima Muestra de Jazz, un festival de intervenciones efímeras en los patios de los edificios monumentales y un festival de cine turístico y sostenible (único en el país), entre otras propuestas.
9. La ubicación estratégica
Siendo la ciudad más grande del conjunto de las Tierras del Ebro, y situada en el mismísimo centro de estas, Tortosa se convierte en la capital del territorio. Además del Parque Natural del Delta del Ebro y del Parque Natural de Els Ports, Tortosa se encuentra muy bien situada para descubrir el resto de las Tierras del Ebro y sus riquezas: los pueblos pesqueros con su rica gastronomía, las tradiciones y las artesanías de los pueblos de interior, los espacios de la Batalla del Ebro o el reconocido vino con DO Terra Alta.
Tortosa se encuentra a 200 kilómetros de Barcelona, y a exactamente la misma distancia de Valencia y Zaragoza, convirtiéndose así en un enclave estratégico durante toda su historia.
10. Las tradiciones y el folclore
Las tradiciones siguen muy vivas en Tortosa. La Semana Santa tortosina, por ejemplo, atrae cada año a miles de visitantes. De hecho, Tortosa es la única ciudad catalana que tiene abierto todo el año un Centro de Interpretación de la Semana Santa, donde se exponen los pasos que se lucen en las procesiones, y que son auténticas obras de arte. Tortosa cuenta también con la tradición del baile de la jota y un rico patrimonio folclórico, con gigantes, cabezudos y la cucafera, el animal mitológico más querido del bestiario.