Tortosa en 1 día
Tortosa, ciudad bimilenaria, es fruto de la progresión de las culturas que la han habitado, ya que todas han dejado su huella. Presidida por el castillo de la Zuda, Tortosa tiene un precioso casco viejo por donde debes dejarte perder. Desconocida y sorprendente, la mejor forma de conocerla es a pie.
10.00 h. Catedral y núcleo antiguo
Una buena manera de empezar a descubrir Tortosa es pasear por su casco viejo: por la colorida y encantadora calle de la Rosa, para llegar así a la plaza de la Cinta, que limita con el entrañable portal del Romeu. Seguidamente podemos hacer una visita a la catedral de Santa María (el acceso se encuentra en la Porta de Palau), que también cuenta con una exposición permanente, un museo para comprender la importancia histórica que ha tenido Tortosa.
12.00 h. Reales Colegios
El conjunto de los Reales Colegios de Tortosa se convierte en una parada obligatoria para todos aquellos que visiten la ciudad, ya que se convierten en una autentica joya monumental que permanece aliena al paso del tiempo. Su claustro renacentista es una pequeña maravilla única en Cataluña. En el conjunto de los Reales Colegios también se encuentra el Espacio Sant Domènec, exposición permanente de la ciudad y la Fiesta del Renacimiento, en la iglesia de Santo Domingo, con el imponente armario-archivo de la ciudad, también del siglo XVI.
12.30 h. La Judería
En el siglo X la comunidad judía de Tortosa era ya significativa. Tortosa, durante siglos, fue una de las más importantes comunidades judías catalanas, y, durante muchos años, de las más destacadas de toda la Corona. Se conserva todavía una parte de aquel ambiente de la aljama, con su trazado urbano y entramado de callejones estrechos y blancos, que no debería de pasar desapercibido por el visitante.
13.00 h. Castillo de la Zuda
Para obtener una magnífica vista de la ciudad, del macizo de Els Ports y de todo el territorio en conjunto, una buena propuesta es visitar el castillo de la Zuda, desde donde el espacio privilegiado regala una formidable panorámica del entorno. El Castillo (en una parte del que hoy en día está el Parador de Turismo) fue declarado bien cultural de interés nacional y es un potente testimonio arquitectónico de la ciudad andalusina. Cuenta con el único cementerio árabe descubierto de toda Cataluña.
14.00 h. Comer con productos locales
Visitar Tortosa puede resultar una buena oportunidad para disfrutar de la potente gastronomía ebrenca: del arroz y el marisco del delta del Ebro, de la huerta de interior o del vino de la DO Terra Alta. Algunos dulces típicos de Tortosa de bien seguro que harán las delicias de los más golosos: menjar blanc, pastissets de cabello ángel, naranja o chocolate, la sopa de la reina…
17.00 h. Parque modernista y río Ebro
Pasar la tarde por el paseo fluvial del Ebro, o incluso navegándolo con el laúd Lo Sirgador, es una opción muy recomendable para el visitante que empieza a descubrir Tortosa por primera vez. El antiguo puente del ferrocarril, de color rojo, se convierte en una vía idónea para disfrutar de un paseo a pie o en bicicleta y observar las vistas de la ciudad con el río a su falda. También se puede dar un paseo por el parque municipal, por el lado del río, que es una muestra más del modernismo en la ciudad.
19.00 h. Centro de la ciudad y de tapas
Hacia el atardecer nos podemos dirigir al centro de la ciudad y contemplar los edificios modernistas o disfrutar de la zona comercial situada en la calle Sant Blai y la Avenida de la Generalitat. Después, para terminar nuestra jornada, podemos acercarnos a los pequeños y frecuentes bares que se encuentran por todo el centro y el casco viejo de la ciudad y disfrutar de unas tapas, de un buen vino o una refrescante cerveza antes de terminar nuestra visita.