Lo mejor de la tierra

De entre algunos de los tesoros de la tierra a probar durante nuestra visita en Tortosa, sin duda uno de los más recomendables es el aceite, que además está reconocido con la Denominación de Origen Protegida Baix Ebre–Montsià. Las variedades incluidas son la morruda, la sevillenca y la farga. Se tratan de aceites muy sabrosos y aromáticos, de sabor afrutado al principio de la campaña y más dulces cuando está más avanzada.

Sin duda, los amantes del arroz encontrarán aquí su paraíso particular. El arroz es uno de los cultivos más tradicionales en el Delta del Ebro y la importancia de este producto dentro la gastronomía local es enorme. Su alta calidad se debe a las singulares características de la tierra y la salinidad del agua.

Por lo que respecta a las hortalizas, las alcachofas ebrencas destacan por ser primerizas, tiernas y sabrosas. En cuanto a la fruta, las mejor valoradas que podemos probar son principalmente dos, los melocotones y las clementinas. Los melocotones son el principal cultivo de fruta dulce de la Ribera de Ebro, con una pulpa muy jugosa y gran sabor. Las clementinas son un híbrido entre la mandarina común y la naranja amarga. Son de un color intenso y tienen un gran porcentaje de jugo, son Denominación de Origen Protegida. Durante la primavera son muy apreciadas las cerezas, de Paüls o la Ribera de Ebro.

Finalmente, para los amantes de la miel, cabe recordar que en las Tierras del Ebro, hay dos pueblos de larga tradición apícola y reconocida miel: Arnes y el Perelló.