Descripción
Este cenobio, activo hasta hace unas décadas, surgió gracias la voluntad del obispo de Tortosa Juan Bautista Veschi. De origen napolitano y ferviente partidario de Felipe IV durante la Guerra de los Segadores, este obispo quiso dedicar a la Concepción de la Virgen una iglesia y un monasterio femenino. Así nacieron el convento y la iglesia de la Purísima Concepción Victoria, que adoptó este último nombre en honor al triunfo sobre las tropas francesas que asediaron Tortosa el abril de 1642.
El interior del templo se presenta como una de las mejores muestras de iglesia barroca del siglo XVII en Cataluña. Su interior contiene elementos artísticos de primer orden, muchos de ellos venidos de Italia. Aunque durante la Guerra Civil la iglesia fue quemada y sufrió graves desperfectos, hoy en día todavía conserva piezas de gran importancia.
El altar mayor, único en Cataluña, representa una gran obra de montaje de mármoles. Encargado en Génova por el obispo Veschi, las piezas son de mármol blanco de Carrara, negro de Génova, jaspe de Tortosa y mármol rojo del Languedoc. El obispo también encargó su propio mausoleo en el interior del templo, que sigue las líneas del altar mayor y destaca por los tonos rojizos de su talla. También son valiosas las dos grandes pinturas al óleo laterales del pintor napolitano Francesco Paterno da Buccina (1655).
La iglesia custodia una imagen de tamaño real del Santo Cristo, tallada en 1635 por el escultor y religioso italiano Humile de Petralia. El realismo de esta escultura barroca hace de ella una pieza artísticamente muy valorada y despierta, entre los ciudadanos de Tortosa, una gran devoción. El rostro muestra una intensa agonía, mientras que el cuerpo, con un gran detallismo, iguala este sufrimiento. La carne rasgada del Cristo se consigue con pergamino y los grandes volúmenes de sangre brotando, fueron trabajados con cera de resina o vidrio fundido.